viernes, 17 de noviembre de 2017

Tanto.

Tenía tanto qué decirte, que las palabras se amontonaron en mi garganta, y ya no pudieron salir.

Tenía tanto qué escucharte, que ninguna llamada pudo compensar lo irremediable, y te marchaste.

Tenía tanto qué preguntarte, que apenas ordené mis interrogantes, y no supe por dónde empezar.

Tenía tanto qué responderte, que mis explicaciones fueron vagas, e insuficientes.

Tenía tanto qué enseñarte, que ni tiempo me dio de preguntarte si lo sabías, si creías que te gustaría.

Tenía tanto qué aprenderte, que te admiré de más, y me perdí entre tu encanto.

Tenía tanto qué pedirte, que me quedé con ganas de todo, y de ti.

Tenía tanto qué entregarte, que te ofrecí a manos llenas, y te empalagaste de mí.


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